14 julio 2021

TENGO UN NOMBRE

CHANEL MILLER

“Tú no me conoces, pero has estado dentro de mí, y por eso estamos aquí hoy”.

Así empezaba la carta que escribió Chanel Miller en el juicio de su propia violación. Una carta poderosa, real y conmovedora que no solo iba dirigida a Brock Turner, su violador, sino también a todas aquellas personas que habían creído en ella y que la habían ayudado a salir adelante.

El libro es brutal. Es una memoria de alguien que ha intentado explicarte cómo se ha sentido todos los días de su vida después del peor día de su vida. Y hay algo más: ha hecho que te des cuenta del tiempo que puede llegar a pasar desde que denuncias una violación hasta que se dictamina sentencia; ha hecho que te sorprendas de la maldad del ser humano; de lo fácil que es que la gente juegue con tus inseguridades; ha recordado casos reales que ni conocía y que me han hecho llorar; ha enumerado las razones por las cuales una persona puede perderlo todo sin darse cuenta y ha hablado de lo más obvio: que vivimos en un mundo en el que se cuestiona a la víctima y se excusa al violador.

Y ya basta. Chanel dice ya basta. Primero lo hace con el nombre de Emily Doe y después con el suyo. Porque sí: porque con este libro ha reclamado su identidad. Ha conseguido liberar esa parte que Brock le quitó y ha reivindicado quién es.

Has hecho del daño justicia, Chanel.