21 marzo 2020

EL BOSQUE

NELL LEYSHON

¿Qué acaba de pasar? ¿Qué acabo de leer? ¿Qué es esta maravilla?

Sabía que Nell Leyshon escribía bien, pero este libro me ha parecido de otro mundo: cómo está narrado, cómo está estructurado, cómo está pensado, cómo está sentido.

Avanzas y parece que retrocedas. Retrocedes y parece que avanzas. Tiene unos protagonistas reales, profundos, sensibles. Es imposible no contagiarte de todo lo que se vive.

El contexto histórico es este: una Varsovia asustada por el régimen alemán. Una familia escondida en casa que debe convivir y pasar inadvertida. El objetivo principal: ocultarse de la guerra.

Y en esa familia se hace una clara distinción. Tenemos, por un lado, a una madre, pendiente de un hijo. Por el otro lado, a ese hijo, dependiente de esa madre.

Él es una dualidad en sí mismo; ella también. Él es alguien curioso, distinto para la edad que tiene. Le llaman soñador. Ella lo ha perdido todo gestándolo a él. Se siente culpable, entregada y perdida. Intenta sobrevivir, sin más. Hasta que de repente todo cambia.

(No puedo seguir sin hacer spoiler, y creo que nadie se merecería semejante salvajada).

Hacía tiempo que no leía un libro tan inteligente: la manera que tiene la autora de llevar a sus protagonistas por donde quiere -o a lo mejor de llevarlos al único sitio donde podía llevarlos-; de refugiarlos y de cuidarlos.

La manera de emocionarte y el estilo que utiliza Nell: capítulos en los que tu lectura es pausada y, sin embargo, al cabo de un segundo empieza a acelerarse. La manera de narrar primero el futuro, luego el pasado y nuevamente el futuro. Esto aporta dinamismo a la obra; da miedo, ganas de seguir leyendo, ganas de que no acabe nunca.

Uf. Pocas veces me ha ocurrido esto: ganas de que no acabe nunca.

“-Mira. -Joanna señala. Hay una grieta en la pared, y polvo saliendo de ella y cayendo en la madera del suelo-. Está por todas partes. -Su voz ha subido un tono, está intentando alzar el vuelo. -Ya lo sé -dice Zofia, bajando la voz en respuesta-. Pero no es más que polvo. -El polvo es la sangre de la casa -dice Joanna-. Sale de las heridas.”